
Nos dicen que ya son 500 las almas que han encontrado la paz espiritual, que han visto la luz, que han decidido vivir bajo el manto de la hermandad. Pero mis ojos infantiles no me explican tanta conversión repentina, ni tanta ansiedad contenida por comerse un bocadillo o tomar una cerveza. Más fiesta que devoción, más servilleta prendida que Espíritu Santo... Y yo el primero, pero no volverá a ocurrir, por respeto simplemente.
Debates fundamentales, sobre lo que somos y como nos organizamos, que si monarquía o república. Insultos vacíos de conocimiento.... Cosas raras que no soy capaz de digerir, que no sé cómo explicar a los más pequeños. Tendré que seguir observando y reflexionando hasta comprender por qué pasan cosas tan raras.
Mariano Camarero
No hay comentarios :
Publicar un comentario